Llevamos ya un tiempo jugando con nuestro kit de elaboración casera a pequeña escala, el Kitchen Beer o similar... Y nos hemos dado cuenta que se nos queda pequeño, no a la hora de fermentar, ya que se pueden elaborar varios lotes de cinco litros de forma secuencial y tener siempre cerveza casera fresca, sino por la capacidad para obtener mostos de alta gravedad, que nos ofrezcan la posibilidad de obtener cervezas de mayor graduación, o explorar estilos distintos y algo más radicales.
Así que hemos decidido ampliar el equipo... ¿Por dónde empezamos?
Espero que esto se entienda: para obtener una mayor gravedad (densidad), necesitamos tener más azúcar por el mismo volumen de agua. Y la primera limitación del Kitchen Beer es la capacidad del macerador. No podemos meter mucho más grano sin comprometer la capacidad de extracción del sistema. Por eso, lo primero que tendríamos que ampliar sería el macerador. Podemos comprar cubos de plástico de grado alimentario de mayor capacidad, o ir a por la apuesta segura: utilizar una termonevera. De plástico de grado alimentario.
La ventaja de las termoneveras estriba en que están aisladas, y que la caída de temperatura será mínima durante la maceración del grano. Y no tendremos que preocuparnos en protegerlas o aislarlas con toallas ni nada por el estilo. Ah, y ahora, en otoño, se pueden encontrar de liquidación en centros comerciales a muy buen precio. sobre todo hemos de cerciorarnos de que tengan el plástico del interior de grado alimentario, es decir, que puede entrar en contacto con alimentos sin añadir olores o sabores extraños... O nocivos. Oh, y otra ventaja que nos ofrece es que no necesitamos tener demasiado en cuenta su capacidad. Bueno, evidentemente sí que la hemos de tener en cuenta, pero a diferencia de un fermentador o una olla, en este caso, más volumen no implica ni un desembolso demasiado alto ni un riesgo para la calidad del producto final. Podemos ir sin miedo a por la más grande que nos sintamos cómodos pagando. Así cuando decidamos pasar a elaborar un volumen mayor, no necesitaremos ampliarla en algún tiempo. En nuestro caso se trata de una termonevera de 18 litros, muy baratita y de una calidad que nos sorprendió muy gratamente, puesto que viene con una capa de poliestireno expandido como aislamiento entre ambas capas de plástico.
Una vez tenemos nuestra termonevera, el primer paso es taladrarla en un lateral para poner el grifo y el filtro. Podemos utilizar ambos elementos del macerador que viene incluido en el kit Kitchen Beer, o podemos incorporar unos nuevos. Independientemente de lo que hagamos, el resultado será el mismo, y el siguiente paso también: perforar desde la cara interna con una corona del diámetro que necesitemos.
En nuestro caso, y puesto que se trata de un tutorial, hemos montado un grifo y un filtro nuevos, más que nada porque la inversión es mínima, para enseñaros lo fácil que es hacer un filtro para macerador, y porque queremos utilizar el macerador del kit como fermentador adicional.
Para el grifo hemos utilizado un grifo de jardín de acero inoxidable con válvula de bola, con rosca macho interior de 1/2 pulgada de diámetro, y boca roscada de 3/4 de pulgada (también macho), varias juntas de PTFE (que además de muy estable a todas las temperaturas, es hidrófobo y ayuda a mantener la estanqueidad), y un adaptador macho/hembra de 1/2 pulgada para el interior.
Usando una corona de corte de 20 mm hacemos el agujero interior. Tendremos cuidado de que la broca de guía atraviese también la capa de plástico exterior, pero sin llegar a cortarla con la corona. Después, desde fuera, usaremos el agujero de la broca para guiar una corona de 29 mm para hacer el agujero exterior. Podemos usar una de menor diámetro, como por ejemplo de 25 mm, pero en nuestro caso era la que teníamos más a mano, y además permitía bien el paso de la tuerca externa del grifo. Con la corona más grande cortaremos el plástico del exterior y el aislante interno (si lo hubiese).
Una vez limpios de rebabas los cortes, introducimos el grifo, colocando una arandela de PTFE en la cara de fuera. Montamos el adaptador por dentro, intercalando una arandela de PTFE para que haga tope contra el plástico de la nevera, y otra de menor diámetro para que haga tope en el interior entre el grifo y el adaptador.
Tras limpiar e higienizar la nevera y el grifo, estaremos listos para macerar a la que pongamos el filtro. El adaptador nos permitirá tanto utilizar el filtro del macerador original del KitchenBeer como utilizar uno que hagamos a medida.
¿Recordáis el lavabotellas que hicimos partiendo de tubo de cobre? Pues bueno, evidentemente sobró una barbaridad de tubo de la pieza original, así que lo hemos aprovechado para construir un filtro muy eficiente y bastante clásico. Solo hemos tenido que comprar un adaptador hembra para soldar, con tuerca loca de 1/2 pulgada, una T hembra, dos codos hembra, y dos codos macho/hembra.
En este caso vamos a soldar todos los elementos, aunque al ir por la parte de dentro del macerador y estar sumergido, no tenemos la obligación de ser demasiado prolijos y cuidadosos con la soldadura (vale, que soy un paquete soldando). Incluso, si queremos, podemos limitarnos a forzar un poco las hembras con una tenaza y encajar los tubos a presión. Lo importante es que los tubos que utilizaremos como filtro (en este caso solo los dos brazos largos) los ranuraremos. La distribución de las ranuras es muy importante, ya que es por donde saldrá el mosto, y queremos que se reparta de la forma más homogénea posible para evitar bolsas de mosto azucarado que no sean extraídas. Hay quien utiliza agujeros en lugar de ranuras. Yo prefiero las ranuras, porque a mismo número de aberturas, mayor capacidad de evacuación del mosto sin perded capacidad filtrante (la longitud regula el caudal, mientras que el ancho es lo que el tamaño de las partículas sólidas que se nos podrán colar). Podemos hacerlas con una sierra de costilla, o utilizar el cortatubos. En mi caso fui mitad y mitad... Bueno, no... En realidad acabé haciendo más con el cortatubos... Una vez le coges el tranquillo, es más rápido, limpio y descansado.
Una vez ensamblado y soldado (o no), lo montaremos en la rosca macho del adaptador. ¿Por qué el adaptador y no la rosca directa del grifo? Pues porque puede darse la situación en que queramos mantener el grifo pero no montar el filtro (para usar la nevera como fermentador o hopback, por ejemplo), por eso el adaptador, que lo mantiene fijo a la pared de la nevera, y nos permite utilizar el macho de rosca para montar el filtro, o no, según queramos. Y lo montaremos con las ranuras hacia abajo. De esta forma nos aseguramos dos cosas, la primera es que todo el sólido que pueda ser arrastrado del fondo lo haga en los primeros pasos de recirculado, y la segunda, que al tomar el líquido de abajo a arriba, las partículas que floten no van a tener la posibilidad de taponar el filtro mientras quede algo de agua de base entre este y el grano. Antes de utilizarlo por primera vez es recomendable pasivizar el cobre, sometiéndolo durante algunos minutos a un baño en ácido cítrico (zumo o vinagre de limón). Es una de aquellas cosas que hacemos sin saber muy bien por qué, pero creedme, es mejor hacerlo (vale, evitamos la migración electrolítica de iones de cobre al mosto... Pues eso, hacedlo y punto).
Y ya tenemos un macerador que nos va a permitir elaborar cervezas con una mayor densidad inicial, con filtro inobturable (si no hacemos el canelo, cuidado), hecho por nosotros mismos por cuatro chavos.
Para ampliar el artículo, hemos decidido que puesto que la segunda forma de obtener una mayor densidad de azúcar en el mosto es lavar más el grano y al final reducir el mosto inicial para concentrar el azúcar, deberíamos ofreceros también la posibilidad de hacerlo. Y para eso hace falta una olla un poco más grande que las que tenemos normalmente en casa (quien tenga acceso a ollas de gran tamaño puede saltarse el resto del párrafo). Sin ganas de hacer publicidad gratuita a nadie, existe una multinacional de la decoración que ofrece en su catálogo varias líneas de menaje de cocina a un precio escandaloso (por lo bajo). Visitando una de sus tiendas encontré una olla de 8,5 litros de capacidad a muy buen precio, y decidí comprarla para cumplir esa misma función (en la tienda tenemos una de 24 litros, pero como que nos queda un poco grande para una elaboración final de 5...).
No creo que a nadie se le ocurra hacerlo con una olla de uso habitual para cocinar, pero si la vamos a dedicar en exclusiva para elaborar cerveza, podemos hacer exactamente lo mismo que en el macerador: utilizar una corona del tamaño adecuado, perforarla y montarle un grifo, lo cual nos facilitará mucho el enfriado del mosto antes de la fermentación. Si vamos a utilizar filtro interno, podemos hacer lo mismo que con el macerador (montar un adaptador macho/hembra), u optar por un doble fondo perforado, pero personalmente no soy muy partidario de hacerlo con las ollas a menos que las uses para macerar (brew-in-a-bag), porque los sólidos que precipitan al fondo durante la cocción son mucho más fáciles de controlar durante el trasvase, ya que el caudal lo habremos de reducir en función a la velocidad a la que queramos que circule el mosto por el circuito de enfriado, y eso evitará en gran medida que pasen al fermentador. Pero eso es cosa vuestra. Yo solo explico qué hacer y como... Y como hacer o añadir el filtro ya está explicado más arriba.
Pues bien, ya habéis visto como ampliar vuestro kit Kitchen Beer para elaborar cervezas de estilos algo más complejos con una inversión mínima. Lo siguiente ya sería pasar a un equipo que nos permitiese elaborar un mayor volumen por lote... Y eso ya pasa por comprar maceradores, ollas y fementadores de mayor capacidad, nos guste o no, con las limitaciones de espacio y equipamiento que comentamos en un artículo anterior...
Salus et Birras...
By Mikel...
Así que hemos decidido ampliar el equipo... ¿Por dónde empezamos?
Más densidad inicial=mayor proporción soluto/solvente
Espero que esto se entienda: para obtener una mayor gravedad (densidad), necesitamos tener más azúcar por el mismo volumen de agua. Y la primera limitación del Kitchen Beer es la capacidad del macerador. No podemos meter mucho más grano sin comprometer la capacidad de extracción del sistema. Por eso, lo primero que tendríamos que ampliar sería el macerador. Podemos comprar cubos de plástico de grado alimentario de mayor capacidad, o ir a por la apuesta segura: utilizar una termonevera. De plástico de grado alimentario.
La ventaja de las termoneveras estriba en que están aisladas, y que la caída de temperatura será mínima durante la maceración del grano. Y no tendremos que preocuparnos en protegerlas o aislarlas con toallas ni nada por el estilo. Ah, y ahora, en otoño, se pueden encontrar de liquidación en centros comerciales a muy buen precio. sobre todo hemos de cerciorarnos de que tengan el plástico del interior de grado alimentario, es decir, que puede entrar en contacto con alimentos sin añadir olores o sabores extraños... O nocivos. Oh, y otra ventaja que nos ofrece es que no necesitamos tener demasiado en cuenta su capacidad. Bueno, evidentemente sí que la hemos de tener en cuenta, pero a diferencia de un fermentador o una olla, en este caso, más volumen no implica ni un desembolso demasiado alto ni un riesgo para la calidad del producto final. Podemos ir sin miedo a por la más grande que nos sintamos cómodos pagando. Así cuando decidamos pasar a elaborar un volumen mayor, no necesitaremos ampliarla en algún tiempo. En nuestro caso se trata de una termonevera de 18 litros, muy baratita y de una calidad que nos sorprendió muy gratamente, puesto que viene con una capa de poliestireno expandido como aislamiento entre ambas capas de plástico.
Una vez tenemos nuestra termonevera, el primer paso es taladrarla en un lateral para poner el grifo y el filtro. Podemos utilizar ambos elementos del macerador que viene incluido en el kit Kitchen Beer, o podemos incorporar unos nuevos. Independientemente de lo que hagamos, el resultado será el mismo, y el siguiente paso también: perforar desde la cara interna con una corona del diámetro que necesitemos.
En nuestro caso, y puesto que se trata de un tutorial, hemos montado un grifo y un filtro nuevos, más que nada porque la inversión es mínima, para enseñaros lo fácil que es hacer un filtro para macerador, y porque queremos utilizar el macerador del kit como fermentador adicional.
Para el grifo hemos utilizado un grifo de jardín de acero inoxidable con válvula de bola, con rosca macho interior de 1/2 pulgada de diámetro, y boca roscada de 3/4 de pulgada (también macho), varias juntas de PTFE (que además de muy estable a todas las temperaturas, es hidrófobo y ayuda a mantener la estanqueidad), y un adaptador macho/hembra de 1/2 pulgada para el interior.
Usando una corona de corte de 20 mm hacemos el agujero interior. Tendremos cuidado de que la broca de guía atraviese también la capa de plástico exterior, pero sin llegar a cortarla con la corona. Después, desde fuera, usaremos el agujero de la broca para guiar una corona de 29 mm para hacer el agujero exterior. Podemos usar una de menor diámetro, como por ejemplo de 25 mm, pero en nuestro caso era la que teníamos más a mano, y además permitía bien el paso de la tuerca externa del grifo. Con la corona más grande cortaremos el plástico del exterior y el aislante interno (si lo hubiese).
Una vez limpios de rebabas los cortes, introducimos el grifo, colocando una arandela de PTFE en la cara de fuera. Montamos el adaptador por dentro, intercalando una arandela de PTFE para que haga tope contra el plástico de la nevera, y otra de menor diámetro para que haga tope en el interior entre el grifo y el adaptador.
Tras limpiar e higienizar la nevera y el grifo, estaremos listos para macerar a la que pongamos el filtro. El adaptador nos permitirá tanto utilizar el filtro del macerador original del KitchenBeer como utilizar uno que hagamos a medida.
Fabricando un filtro para macerador con tubo de cobre y cuatro cosillas más
¿Recordáis el lavabotellas que hicimos partiendo de tubo de cobre? Pues bueno, evidentemente sobró una barbaridad de tubo de la pieza original, así que lo hemos aprovechado para construir un filtro muy eficiente y bastante clásico. Solo hemos tenido que comprar un adaptador hembra para soldar, con tuerca loca de 1/2 pulgada, una T hembra, dos codos hembra, y dos codos macho/hembra.
En este caso vamos a soldar todos los elementos, aunque al ir por la parte de dentro del macerador y estar sumergido, no tenemos la obligación de ser demasiado prolijos y cuidadosos con la soldadura (vale, que soy un paquete soldando). Incluso, si queremos, podemos limitarnos a forzar un poco las hembras con una tenaza y encajar los tubos a presión. Lo importante es que los tubos que utilizaremos como filtro (en este caso solo los dos brazos largos) los ranuraremos. La distribución de las ranuras es muy importante, ya que es por donde saldrá el mosto, y queremos que se reparta de la forma más homogénea posible para evitar bolsas de mosto azucarado que no sean extraídas. Hay quien utiliza agujeros en lugar de ranuras. Yo prefiero las ranuras, porque a mismo número de aberturas, mayor capacidad de evacuación del mosto sin perded capacidad filtrante (la longitud regula el caudal, mientras que el ancho es lo que el tamaño de las partículas sólidas que se nos podrán colar). Podemos hacerlas con una sierra de costilla, o utilizar el cortatubos. En mi caso fui mitad y mitad... Bueno, no... En realidad acabé haciendo más con el cortatubos... Una vez le coges el tranquillo, es más rápido, limpio y descansado.
Una vez ensamblado y soldado (o no), lo montaremos en la rosca macho del adaptador. ¿Por qué el adaptador y no la rosca directa del grifo? Pues porque puede darse la situación en que queramos mantener el grifo pero no montar el filtro (para usar la nevera como fermentador o hopback, por ejemplo), por eso el adaptador, que lo mantiene fijo a la pared de la nevera, y nos permite utilizar el macho de rosca para montar el filtro, o no, según queramos. Y lo montaremos con las ranuras hacia abajo. De esta forma nos aseguramos dos cosas, la primera es que todo el sólido que pueda ser arrastrado del fondo lo haga en los primeros pasos de recirculado, y la segunda, que al tomar el líquido de abajo a arriba, las partículas que floten no van a tener la posibilidad de taponar el filtro mientras quede algo de agua de base entre este y el grano. Antes de utilizarlo por primera vez es recomendable pasivizar el cobre, sometiéndolo durante algunos minutos a un baño en ácido cítrico (zumo o vinagre de limón). Es una de aquellas cosas que hacemos sin saber muy bien por qué, pero creedme, es mejor hacerlo (vale, evitamos la migración electrolítica de iones de cobre al mosto... Pues eso, hacedlo y punto).
Y ya tenemos un macerador que nos va a permitir elaborar cervezas con una mayor densidad inicial, con filtro inobturable (si no hacemos el canelo, cuidado), hecho por nosotros mismos por cuatro chavos.
Una olla casi profesional
Para ampliar el artículo, hemos decidido que puesto que la segunda forma de obtener una mayor densidad de azúcar en el mosto es lavar más el grano y al final reducir el mosto inicial para concentrar el azúcar, deberíamos ofreceros también la posibilidad de hacerlo. Y para eso hace falta una olla un poco más grande que las que tenemos normalmente en casa (quien tenga acceso a ollas de gran tamaño puede saltarse el resto del párrafo). Sin ganas de hacer publicidad gratuita a nadie, existe una multinacional de la decoración que ofrece en su catálogo varias líneas de menaje de cocina a un precio escandaloso (por lo bajo). Visitando una de sus tiendas encontré una olla de 8,5 litros de capacidad a muy buen precio, y decidí comprarla para cumplir esa misma función (en la tienda tenemos una de 24 litros, pero como que nos queda un poco grande para una elaboración final de 5...).
No creo que a nadie se le ocurra hacerlo con una olla de uso habitual para cocinar, pero si la vamos a dedicar en exclusiva para elaborar cerveza, podemos hacer exactamente lo mismo que en el macerador: utilizar una corona del tamaño adecuado, perforarla y montarle un grifo, lo cual nos facilitará mucho el enfriado del mosto antes de la fermentación. Si vamos a utilizar filtro interno, podemos hacer lo mismo que con el macerador (montar un adaptador macho/hembra), u optar por un doble fondo perforado, pero personalmente no soy muy partidario de hacerlo con las ollas a menos que las uses para macerar (brew-in-a-bag), porque los sólidos que precipitan al fondo durante la cocción son mucho más fáciles de controlar durante el trasvase, ya que el caudal lo habremos de reducir en función a la velocidad a la que queramos que circule el mosto por el circuito de enfriado, y eso evitará en gran medida que pasen al fermentador. Pero eso es cosa vuestra. Yo solo explico qué hacer y como... Y como hacer o añadir el filtro ya está explicado más arriba.
Pues bien, ya habéis visto como ampliar vuestro kit Kitchen Beer para elaborar cervezas de estilos algo más complejos con una inversión mínima. Lo siguiente ya sería pasar a un equipo que nos permitiese elaborar un mayor volumen por lote... Y eso ya pasa por comprar maceradores, ollas y fementadores de mayor capacidad, nos guste o no, con las limitaciones de espacio y equipamiento que comentamos en un artículo anterior...
Salus et Birras...
By Mikel...