Volvemos una semana más con La Ronda, en esta ocasión invitados por El Baúl de Las Cervezas, que nos propone el tema de las webs (y aplicaciones para móvil) de rating (puntuado, indexado, ranking, aunque también sea un anglicismo) dedicadas al mundo de la cerveza.
¿Qué opinamos nosotros al respecto?
Objetivizando la percepción subjetiva
De entrada las considero un ejercicio de onanismo colectivo al más puro estilo Kràmpack.
No se me malinterprete, por favor, que no estoy llamando pajillero a nadie... En concreto.
La idea original puede verse y contemplarse en perspectiva como una enriquecedora y perfectamente válida idea dirigida al marketing de guerrilla de pequeñas compañías cerveceras: Un lugar donde los consumidores pueden compartir sus experiencias y preferencias al degustar ese dorado (o no) néctar, y valorar de forma objetiva sus impresiones al respecto.
Un punto donde son los propios consumidores los que se encargan de promocionar tus productos... Mola. Y solo me he de preocupar de que la birra sea buena, algo que ya hago... ¡Qué inventazo!
Pues no.
Perdemos de vista algo fundamental en esto de las opiniones objetivas... Que cada uno tiene la suya personal... Y que de objetivas tienen lo mismo que yo de joviano...
Es decir, que si un estilo de cerveza no te dice nada, lo normal es que no te gusten las cervezas elaboradas bajo este mismo estilo... Y en circunstancias normales aquí acabaría el problema. No te entusiasman, no las consumes, no las puntúas...
Y una mierda.
Porque este tipo de servicios (ahora es donde de verdad entramos en el meollo del problema; no hemos considerado que estas webs y aplicaciones son en realidad un servicio a los usuarios) suelen funcionar por un sistema de doble puntuación... Es decir, que no solo se puntúa a las cervezas, sino que también se puntúa a los usuarios que ofrecen sus opiniones... Lo que empieza a complicarnos la vida a quienes pretendemos usarlas como guía.
Porque en ocasiones se trata de un sistema de puntuar al usuario de la web muy sutil; si no tienes un número determinado de intervenciones, tus puntuaciones no cuentan para el cómputo global. En otros, es algo menos funcional: cuantas más intervenciones tienes, mayor visibilidad obtienen tus opiniones. O lo que es peor: obtienes Recompensas en la forma de Medallas o Parches por cumplir determinados objetivos...
Y esto trae la anarquía y el caos a lo que en teoría era una idea muy buena.
Porque todos sabemos cómo somos las personas, y al fin y al cabo, dar un servicio sin cobrar no lo suele hacer mucha gente. Ahora, fardar de que tienes el parche de Bebedor Compulsivo de Imperial Stouts mola mazo... Aunque seas de IPAs o Belgian Ales suavecitas... Y las webs se empiezan a llenar de opiniones influidas por los prejuicios personales de los juzgadores (que no jueces ni jurados), sobre cervezas que no están preparados para degustar, ni mucho menos juzgar, cuanto menos opinar al respecto, porque ni se ciñen a sus gustos personales ni a sus capacidades de evaluación objetiva. Pero Hey, que Paco Molaños tiene el parche y ha probado la Muchamielda Diaerrilla Tocapelotingas Stout, y que hay mogollón de peña que dice que está de muerte... Venga, a probarla, a subirla y otra pa la saca, a ver si me dan el parche de una vez... Y luego pasa lo que pasa: o no te gusta porque no es tu estilo y la pones a caer de un burro, bajando su puntuaciópn general por culpa de tu estúpido ego, o peor, por no quedar como un panoli que está out y no se entera de lo que es la calidad, le das una puntuación de la ostia a lo que no deja de ser orín de nutria senegalesa con algo de tinta de calamar para oscurecerla y alcohol de quemar para darle sabor... Subiendo de forma desorbitada la apreciación de una absoluta mierda que en circunstancias normales no valdría ni para pavonar acero...
La fiabilidad de los juicios objetivos
Lo sé, parece que sea completamente contrario a este tipo de webs, aplicaciones y servicios... Nada más lejos de la realidad. Me limito a destacar una problemática que nos va a obligar a utilizarlas con mucho cuidado si queremos obtener algo de la funcionalidad original bajo la que fueron diseñadas: obtener una impresión fidedigna de la calidad intrínseca de un producto antes de adquirirlo (o implantarlo en tienda, como es mi caso).
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no todo el mundo tiene el sentido del gusto igualmente desarrollado. Ni aprecia los mismo matices aromáticos. Ni disfruta las mismas cervezas de la misma manera, en resumidas cuentas.
Por eso hemos de realizar un completo trabajo de filtrado de opiniones sentando las bases en nuestras preferencias personales y en el producto que conocemos, hemos catado y disfrutado.
Empezaremos buscando aquellas cervezas conocidas, y seleccionando las opiniones de aquellos que coinciden con nuestra opinión (no importa lo que diga el resto; de momento los consideraremos trolls a todos los efectos). Bucearemos entre todas las opiniones de varias cervezas conocidas, cuantas más mejor, buscando las opiniones más afines a las nuestras y anotando los usuarios que se repitan en más ocasiones. De esta forma obtendremos una suerte de base de datos de usuarios de confianza, cuyas opiniones serán las que nos ayuden más a la hora de hacernos una idea de la calidad de la cerveza que queramos consultar, suponiendo que alguno de ellos la haya catado y puntuado.
¿Y qué ocurre con aquellas cervezas que nuestros opinadores favoritos no hayan catado?
La solución de compromiso es comprobar el número total de opiniones, la procedencia geográfica de las mismas, ver cuántos de los juzgadores tienen un historial verdaderamente dilatado en el tiempo (eso no significa que tengan más intervenciones... Oh, sin dudas tendrán más que la media, pero si tienen menos de un año de antigüedad en la web como usuarios, sospechad inmediatamente de sus opiniones, por muchas que hayan publicado, a menos que tengáis un baremo comprobable de coincidencia con vuestros gustos), y ponderar sus puntuaciones sobre el global de la cerveza en cuestión. Sin duda se tratará de usuarios históricos que en su momento decidieron abordar sus puntuaciones basándose en ese espíritu de servicio público que a día de hoy es tan difícil de encontrar.
Veréis que destaco siempre que busquéis opinadores con gustos afines a los vuestros... Porque de lo que se trata es de encontrar cervezas que os gusten a vosotros... Los números no conforman la realidad. Por mucho que cien mil usuarios de Birratrasiegapuntuaygana.com hayan opinado de la Esther Ella Gala y Cia. que es un birrote del copón y lo mejor del mundo mundial desde el porno por internet, si no te gusta no te gusta, y punto. No estás obligado a estar de acuerdo con los gustos de esos cien mil usuarios, por mucho que te veas más sólo que Chingachgook frente a los malvados hurones...
Resumiendo que es gerundio:
Sí, las webs de rating tienen su utilidad... Siempre que seamos capaces de discriminar entre la mucha espuma que flota sobre la cerveza y llegar al dorado (o no) néctar para libar sin molestias.
Personalmente las sigo utilizando, a nivel consulta, claro. Tengo mis opinadores favoritos, cuyas puntuaciones y contribuciones he contrastado, no en una, sino en varias ocasiones, y que suelo buscar y valorar por encima del resto. Y si no han opinado sobre la birra en cuestión, compruebo cuantas opiniones hay, la diversidad geográfica de las mismas, y en función a un complicado proceso analítico, interpreto los datos de acuerdo a mis necesidades.
Es decir, que en ocasiones te sale más a cuenta probar tú mismo la cerveza y mandar lo que piensan los demás a tomarse una Esther Ella Gala y Cia. al chiringuito de la piscina de turno.
Y es lo que hago.
Más o menos.
Casi siempre.
Salus et Birras...
By Mikel...
No hay comentarios:
Publicar un comentario