Nos enfrentamos hoy con una entrada diferente, de un tipo que me prometí no hacer. Y se trata de una reseña sobre una cerveza.
Con la inminencia de una nueva edición del Barcelona Beer Festival, y a sabiendas de la participación de un gran cervecero con una de sus referencias, aprovechando que es colega y convecino, he decidido dedicarle una entrada a la cerveza que presenta. Se trata de la Citric, de HOPe Artesana. Pero como no todo podía ser tan simple en este blog, no me centro solo en la cerveza. Pillé a su elaborador Kike Hernandez a traición, y le hice una suerte de entrevista que utilizaré como base para analizar el fenómeno del cervecero gypsy y su evolución a cervecero con obrador propio.
HOPe Citric: la cerveza que me deja sin adjetivos
Algo por lo que odio a Kike es, sin duda, la elección del nombre de esta cerveza. Un nombre que resume en una sola palabra las características principales de la misma.
Nos encontramos con lo que, a primera vista, sería facilísimo etiquetar como una cerveza estacional, eminentemente estival, muy sencilla de beber, gracias a la mezcla de maltas de cebada y trigo, y a la elección de unos lúpulos muy frescos y de amargor muy moderada. Y sin embargo es una cerveza que apetece beber en casi cualquier momento.
Con un carácter marcadamente cítrico, destaca frente a la otra elaboración del catálogo de HOPe Artesana, la Bohemic, a mi parecer mucho más compleja, densa y aromática. Preguntado al respecto, Kike nos explica qué pretendía obtener con esta receta en concreto.
Basicamente buscaba romper con la primera cerveza que sacamos al mercado, la Bohemic. Quería que fuera el contrapunto a esta cerveza. Y para ello el objetivo era elaborar una cerveza rubia, refrescante, ligera y muy aromática. Que innovara dentro del sector y que encajara tanto para el público cervecero experto como para aquel que se está iniciando.
Todos estas características encajaban dentro del estilo American Wheat, por la frescura que aporta el trigo y lúpulos americanos. Como elemento clave en la elaboración introducía el Dry Hopping en una cerveza de trigo, así como un ingrediente gastronómico, la Citronella o Lemongrass.
El resultado fue una cerveza cerveza tan refrescante y cítrica que el nombre surgió solo.
En este caso el resultado es una cerveza muy clara, con un color de 8 en la escala EBC, muy poco amarga, con 26 IBUs y unos sorprendentes 5,8% AVB de alcohol que en boca son casi inapreciables. En nariz se percibe claramente el aroma floral del azahar y la lima, con un ligero recuerdo agrio a pomelo. En boca se percibe fresca, con el cuerpo justo y el punto de acidez que el trigo aporta, sin notarse el alcohol, y con retrogustos a lima y frutas ácidas.
A nivel personal no soy capaz de discernir si la aportación de la citronella consigue proporcionar algo diferente más allá de su uso como ingrediente, ya que la elección de los lúpulos (Amarillo, Cascade, Citra y Summit), todos de un marcado carácter cítrico, definen de por sí el resultado: una cerveza que solo se puede calificar con una palabra:
Cítrica.
El fenómeno del cervecero gypsy
Kike carece de obrador propio donde elaborar las dos referencias que tiene actualmente en su catálogo. Por el momento. Como todo buen cervecero, empezó haciendo cerveza en casa como hobby.
Elaboré y diseñé mis primeras recetas como homebrewer lo cual me permitió experimentar e ir aprendiendo. De siempre he sido un gran amante de la cerveza, y esto unido a mi formación académica como Ingeniero Agrómono me ofreció la oportunidad de poder empezar un proyecto profesional.
Su proyecto nació junto con la Bohemic, elaborada en las instalaciones de La Vella Caravana, cerveza con la que participó en el BBF del pasado año. Para elaborar la Citric decidió elegir las instalaciones de As Cervesa, algo muy común entre los elaboradores gypsies o nómadas, es decir, aquellos que poseen marca propia pero no cuentan con un obrador de su propiedad.
Partíamos de la primera experiencia con la Bohemic que la elaboramos con Oscar de La Vella Caravana, con él me unen años de amistad y confianza puesto que es un compañero de la facultad. Además me atraía mucho el proceso tan artesanal con el que elabora sus cervezas.
Para esta segunda cerveza tenía claro que quería producirla en otras instalaciones que me aportaran nuevos conocimientos y técnicas. Conocí a Andrés de As Cervesa y, tanto él como sus instalaciones eran perfectos para la ocasión. El resultado no pudo ser mejor.
En sus propias palabras nos muestra cuales son sus principales inquietudes; aprender todo lo posible sobre el proceso de elaboración a gran escala, conocer nuevos equipos y nuevas técnicas. Crecer como cervecero, en resumen.
Y sin embargo, su objetivo final siempre ha sido contar con unas instalaciones de elaboración propias.
Desde el primer momento tuve claro que la finalidad del proyecto profesional de HOPe era tener nuestra propia microcervecería.
El factor económico, así como la valoración que tuvieran nuestras primeras cervezas en el mercado, fueron claves para aplazar la decisión. Hace unos meses encontramos el lugar idóneo para montar nuestro propio obrador. Con mucho esfuerzo y mucha dedicación esperamos poder tenerlo en marcha en muy poquito tiempo.
El cambio de paradigma: de cervecero nómada a propietario de una micro
Evidentemente no es lo mismo trabajar en unas instalaciones ajenas que en unas propias. Cada equipo tiene su idiosincrasia, sus peculiaridades, sus trucos para obtener el máximo rendimiento.
Como casi todos los productores que acaban dando el paso y montando sus propias instalaciones de elaboración, el mayor control que podrá tener sobre el proceso de producción y el mantenimiento de la calidad del producto final son sus principales preocupaciones. En estas fechas Kike está ultimando los detalles de la instalación del equipo de producción y los fermentadores en la que será su próxima base de operaciones. Tiene muy claro que afectará al desarrollo de los próximos lotes de Citric y Bohemic, aunque no pierde de vista su objetivo final:
Como buen cervecero estoy estudiando todos los parámetros para adaptarla a las condiciones del agua y de las nuevas instalaciones. Mi afán como profesional del sector es siempre mantener la calidad del producto e incluso mejorarla.
Y aunque no se lo hemos preguntado directamente en esta entrevista, tenemos claro que durante algún tiempo las nuevas instalaciones de HOPe Artesana se dedicarán también a la elaboración de cervezas para otros fabricantes. Para otros gypsies que, como Kike, tienen toda la ilusión y la confianza en sus recetas como para arriesgarse a comercializarlas, pero que cuentan con obtener la aceptación de sus cervezas entre el público antes de acometer la inversión económica de montar un obrador propio.
Porque en España la rueda de la cerveza artesana sigue dando vueltas en torno al mismo eje:
Elaboramos en casa hasta tener una receta que creemos puede funcionar. Comercializamos nuestra receta, elaborada en unas instalaciones que cuenten con los pertinentes permisos y registros, muchas veces vendiéndola directamente en ferias, o visitando las tiendas y cercvecerías especializadas, sin contar con un distribuidor que nos mueva el producto,. Si el proyecto funciona, nos planteamos montar nuestro propio obrador, confiamos en mantener o mejorar la calidad de nuestra cerveza, y nos tiramos al rio.
Y no nos olvidamos de nuestros orígenes.
Desde aquí quiero desear a Kike toda la suerte del mundo en el cambio de paradigma que está a punto de abordar.
Y si todavía no conocéis la HOPe Citric, ¿a que esperáis? En el Barcelona Beer Festival 2015, que se celebrará del 13 al 15 de marzo en el recinto del Museu Maritim de Barcelona, tendréis oportunidad de probarla y comprobar que, para una cerveza que decido comentar en el blog, al menos he elegido una de las buenas. Y además, de aquí, de Sant Boi.
Salus et Birras...
By Mikel...
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